Mi fragmentoUnas palabras tenía pensadas para le decir,
La vergüenza ante la gente otras me hace proferir; apenas era yo mismo, sin saber por dónde ir; mis dichos y mis ideas no conseguían seguir.
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Luis FausLuis Faus Mena nació el 20 de noviembre de 1943 en Zalamea de la Serena, Badajoz Extremadura. Es hijo de una familia numerosa en total son cuatro chicas y dos chicos y con sus padres ya sumaban ocho en total.
En 1954 toda la familia emigró a Zarautz en un busca de un mejor futuro para sus hijos. A los doce años empezó en Bombas Itur a trabajar como recadista y a la vez empezó en la banda de Zarautz a estudiar música. A los trece ya tocaba el clarinete. A la vez, en la fábrica viendo su valía y disponibilidad empezó a trabajar como tornero mecánico por lo que sus jefes tuvieron que traerle un torno hecho a medida debido a su estatura. Durante estos años tras su jornada de trabajo iba a estudiar a la escuela de artes y oficios de seis a diez de la noche. También estuvo estudiando por libre en el Conservatorio de Música de Donostia de los dieciséis a los diecinueve años sacando el carné de guitarrista, ya que en esa época era necesario para poder actuar. Estuvo tocando los fines de semana en la sala de fiestas Naya de Zarautz. Trabajó en la fábrica hasta los 21 años porque tuvo que cumplir el servicio militar obligatorio en la colonia española de Sidi-Ifni (África). Al terminar el servicio se reincorporo a Bombas Itur. Se casó en 1969 a la edad de veintiséis con Mª Dolores Canseco, natural de Esparragosa de la Serena, un pueblo cercano al suyo aunque se conocieron en Zarautz. Un año después, en 1970, tuvieron a su primera hija Mª Dolores Faus. En 1972 nació su segundo hijo Luis Faus (mi padre), y se fueron 2 años a vivir a Zalamea de la Serena de nuevo. Mientras estaba en Zalamea, tuvieron a su tercera hija Ana Maria Faus. Veinte días después de su nacimiento fincaron en Zarautz ingresando de nuevo en la fábrica hasta los cincuenta y ocho fecha en la que se pre jubiló trabajando como encargado en la sección de mecanizado. Hoy en día sigue tocando la guitarra afición que intenta inculcar a sus tres nietos Ariadna, Aimar y Oihana. Otra de sus aficiones es inventar diferentes artilugios. Y todavía sigue volviendo a su tierra natal junto a su familia ya que aunque emigró muy joven nunca ha olvidado sus raíces. RESUMEN:
Habíamos viajado hasta el pequeño pueblo de Clayton para que mi padre tomara las muestras de ADN y averiguara si aquella mujer, Aurora K., era la “madre de mi padre”. La biológica. Y remarco lo de la “madre de mi padre” porque, para mí, aquella mujer nunca sería mi abuela. Mi abuela era la otra, la de toda la vida, la que montaba multitudinarias partidas de cartas con mis primos, la que me hacía empanadillas de pollo para mi cumpleaños, la que nos contaba aquellas asombrosas historias sobre la vida en Turenia antes de la guerra… Y ninguna prueba de ADN iba a cambiar eso. No me importaba que su sangre no corriera por mis venas, ni la del abuelo, ni la de mis primos. Ellos eran mi familia. Yo era y sería siempre una Pekar. Pero me temo que me estoy liando… Mi padre no se cansa de repetirme que las historias hay que explicarlas desde el principio. Y esta historia es demasiado extraordinaria, así que la empezaré de nuevo. Desde el principio… |
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